jueves, 7 de julio de 2011

Una dulce enemistad.

"Una dulce enemistad" Scorpius / Lily.
|Capítulo 3 |
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|Capítulo 3|

Junio de 1541.,Angusshire. Escocia

Lilia Luna Potter miró desde las almenas de Tower Esk y contempló el pacífico páramo, si bien sus pensamientos nada tenían de pacíficos. Madrugadora por naturaleza, vio que el cielo del amanecer se aclaraba y desafiaba al brezo rosado de abajo y se sintió fastidiada porque le estaba prohibido abandonar la casa de la torre aunque fuera para una breve y rápida cabalgata, con una docena de acompañantes para custodiarla.
No era justo. Pero nada andaba bien estos días, y todo porque los Malfoy habían decidido, el mes pasado, romper la paz que había existido durante dos años. Durante dos pacíficos, despreocupados años, Lily había gozado de la libertad que conocía desde niña. Era la más joven de las tres hijas y la favorita de Harry Potter, y fue siempre tratada con el cuidado digno de una preciosa heredera hasta que por fin llegó el largamente esperado heredero varón. Después que nació Albus, ella siguió siendo la hija favorita, pero nada más que una hija.
Era extraño, pero jamás se había sentido resentida con Albus. Había amado a su hermanito desde el día que él nació. En ese entonces ella era una niñita de seis años muy traviesa y terriblemente malcriada, pero quedó fascinada con la llegada del muchachito.
El amor que ambos se tenían sorprendía a todos. Hubiera podido esperarse que Albus se sentiría más atraído por su hermana Fiona. Sin embargo, él seguía siempre a Lily y a Lily acudía para jugar y divertirse, y fue Lily quien le dio el cariño que él necesitó mientras crecía para convertirse de un niño pequeñito en un muchacho. Aun ahora eran inseparables. Lily tenía diecinueve años, de modo que ya había pasado hacía tiempo la edad mínima para casarse, y Albus tenía solamente trece, y la mayor parte del tiempo seguía comportándose como un niño.
Durante un momento de gran madurez, Albus había coincidido con su padre en que Lilia permanecería dentro de las murallas de la torre. Ya no era seguro aventurarse por la campiña durante el día. Eso era lo más irritante: los Malfoy eran el único clan que atacaba de día. Todos los demás, incluido el de ellos, salían protegidos por las sombras de la noche. Pero los Malfoy, siempre atrevidos, atacaban a plena luz.
El temor que había prevalecido este último mes era desagradable en extremo y traía toda clase de cambios en la vida de Lily: la pérdida de libertad, la amenaza de casamiento, demasiadas discusiones. Las peleas con sus hermanas no eran nada nuevo, pero las peleas con su padre estaban destrozándola. ¿Y por qué tenían que pelearse? ¿Acaso ella hacía mal al querer casarse con un hombre al que amara? ¿Acaso era culpa de ella que todavía no se hubiese enamorado?
Oh, sí, cuando ella era niña se había hablado bastante de un casamiento que crearía una alianza poderosa, pero eso había terminado hacía dos años y desde entonces ella había dado por sentado que le permitirían casarse por amor. Su padre hasta lo había dicho claramente, apoyándola contra sus hermanas cuando éstas le rogaban que obligara a Lily a casarse a fin de que ellas pudieran casarse a su vez. Cada una de ellas ya tenía elegido su marido y estaban las tres ansiosas por contraer matrimonio. Ellas no habían tenido problema alguno para encontrar a sus candidatos de quienes podían enamorarse y que, además, sentarían las bases de uniones poderosas. Lily no había tenido esa suerte.
Pero Harry Potter se había negado a apremiar a Lily y no estaba dispuesto a permitir que ninguna de sus hijas se casara antes que ella, humillando. Ahora, todo eso cambió súbitamente. Ahora era imperativo que ella escogiese un hombre de un clan poderoso, y debía hacerlo dentro del mes, o su padre lo haría por ella. Lily estaba atónita desde que recibió la noticia. ¿Cómo podía hacerle eso su padre? Él la amaba. Ella era su favorita, "la joya de Tower Esk", como él la llamaba cariñosamente.
Pero en lo profundo de su ser ella sabía por qué. Y aunque la perspectiva le resultaba odiosa, en realidad le era imposible culpar a su padre. Él estaba protegiendo su clan, asegurando su defensa por medio de alianzas poderosas. Habría una triple boda. Sir Gilbert MacGuire hacía tiempo que había pedido a Margaret después de ser rechazado por Lily. Margaret, que acababa de cumplir veintiún años, llevaba esperando un año y medio para poder casarse con Gilbert. Y también estaban haciéndose arreglos para el elegido de Elspeth, la otra hermana que ahora tenía veinte años, y que era Gilleonan Sibbald, que contaba con la entusiasta aprobación de Dugald. Sólo faltaba que Lily hiciera su elección. Pero no había ninguno con quien a ella le interesara pasar el resto de su vida.

-Debí saber que te encontraría aquí, ahora que no puedes salir a caballo con la niebla de la mañana.
Lily se volvió, vio al primo de la madre de sus hermanas, que no era la suya, y le lanzó una mirada de fastidio.
-No me gusta que andes siguiéndome los pasos, Willie -replicó la joven y le volvió la espalda para mirar el amanecer.
 -Te he pedido que no me llames Willie.
-William, entonces. -Lily se encogió de hombros. Empezaba a detestarle intensamente, fuera primo o no-. ¿Cuál es la diferencia? Yo preferiría no tener que hablar contigo jamás.
-¡Oh, Luna!, eres una muchacha muy dura de corazón, pero no te equivoques. Estoy aquí solamente cuidando de tus intereses.
-¿Cuidar de mis intereses es decirle a mi padre que yo debería casarme ahora? -preguntó ella con brusquedad y sus ojos de color celeste-castaño taladraron a William con una mirada cargada de veneno-. Yo no lo pienso así, primo. Yo creo que lo que tú estás cuidando son tus intereses y no los míos. ¡Pero eso no te servirá de nada, porque yo no me casaré contigo!
-Yo no estaría tan seguro de eso, Luna -replicó fríamente William.
Ella soltó una carcajada que sonó totalmente carente de humor.
-No has hecho nada excepto derrotarte a ti mismo, Willie. A mi padre lo has persuadido bien, y él no permitirá que me case con un MacAfee. Ya tenemos alianzas con ellos y él necesita sangre nueva en la familia... gracias a ti.
William ignoró el evidente rencor que ella le demostraba, tal como ignoraba todas las cosas que no eran de su agrado.
-Harry consentirá en que nos casemos, yo te lo garantizo -dijo.
-¿Y cómo es eso? -preguntó ella en tono desdeñoso-. ¿Acaso tienes los medios para poner fin a esta guerra entre clanes?
-No, pero el casamiento de Fiona podría adelantarse. Ella tiene puesto su corazón en el hermano del propio Ogilvie. Piénsalo, Luna. Una alianza con el Ogilvie equivale a tres alianzas con cualquiera de los otros clanes. Hasta podría hacer retroceder a los Malfoy.
-Estás alentando falsas esperanzas, primo. -El desprecio de Lily estaba aumentando-. Nada haría huir asustados a los Malfoy, y eso tú lo sabes tan bien como yo. Él es un salvaje de las Tierras Altas que vive para matar, como todo su clan.
William replicó con voz untuosa:
-Pero tu padre se quedaría tranquilo con un yerno Ogilvie, de modo que no pondrá objeciones a que tú te cases conmigo.
-Tú siempre pareces olvidar que yo no te quiero -respondió Lily sin alterarse-. ¿Por qué es eso, primo? Te lo he dicho las veces necesarias. Te lo he dicho antes de este año, te lo he dicho el año pasado y antes también, te lo estoy diciendo ahora y espero que sea la última vez que tenga que hacerlo. Yo no te amo y no quiero para marido a un hombre tan viejo como mi padre. No es  intención herirte, primo, pero tú insistencia me da ganas de gritar.
-¿Entonces preferirías casarte con Malfoy? -gritó airadamente William.
El color desapareció de la cara de Lily.
-¿Estás loco? -exclamó asombrada.
-No, hablo muy en serio -dijo William muy presumido ahora que tenía el temor de ella-, Si te casaras con Malfoy la guerra terminaría, ¿verdad? Harry acariciaría la idea si yo lo alentase, porque ya le ha pasado por la cabeza.
-¡Mientes!
-No, Lily. Pregúntaselo a él. Un casamiento como ese, terminaría con el derramamiento de sangre y los robos de ganado y hasta volvería prósperos a los Potter.
A Lily se le hizo un nudo en el estómago porque el razonamiento de William era correcto, aunque a ella le pareciera espantoso. Y Harry escuchaba demasiado a menudo los consejos de William. ¡Pero casarse con el propio Malfoy, un hombre tan terrible que su primera esposa se mató en su noche de bodas a causa del tratamiento brutal de su flamante marido. Tal era la historia que había circulado. ¡Casarse con un hombre así! Lily no podía soportar la idea.
-Él no me tendrá -dijo Lily en un susurro lleno de desesperación, y sacudiendo la cabeza.
-Sí que te tendrá
-Yo soy su enemiga, soy una Potter. Él nos odia a todos nosotros; lo ha demostrado reiniciando la contienda entre clanes.
-Ese hombre querrá tenerte -dijo William con firmeza-. Cualquier hombre que tenga ojos querría poseerte. Pero Malfoy tampoco aceptará la oferta de ti. Con su atrevida arrogancia, exigirá que tú le seas entregada.
-¿Serías capaz de hacerme eso, William? -preguntó quedamente ella.
William la miró a la cara y se sintió satisfecho por haberla sacudido tan profundamente.
-Yo te quiero para mí, Lily, pero si no puedo tenerte, entonces sí, me ocuparé de que tú seas para él y de que termine de una vez la contienda, porque en la misma mueren tanto Potter corno MacAfee. Piénsalo, Lily. Y piénsalo bien, porque pronto volveré a pedirte como esposa, y la próxima vez que te pida esperaré una respuesta diferente.
 Lily vio alejarse la alta figura de William. Empezó a temblar. Por supuesto, antes que a un salvaje de las Tierras Altas elegiría a su primo, aunque no podía soportar la idea de casarse con William. Santo Dios, ¿De veras su padre sería capaz de hacerle eso, justamente a ella? ¿La obligaría a casarse con el terrible enemigo del clan? No, él no sería capaz de hacerlo, ni siquiera para poner fin a la contienda. Harry la amaba, y sabía tan bien como todos que Malfoy era un bruto salvaje no civilizado. Él mismo le había relatado a ella historias terribles acerca de Scorpius Malfoy. El hombre había estado guerreando y matando desde que era niño, y hasta la propia esposa prefirió la muerte a dejarse tocar por él. William no podría persuadir a su padre a que la condenara a una vida de azotes y crueldad.
Lily abandonó las almenas y fue a buscar a Albus. Su hermano le daría coraje. Pero... su problema aún seguiría sin solución. Ella tenía que casarse con alguien... y pronto.


( L|S )

La primera novela de éste foto. Se llama "Una dulce enemistad" y es de Johanna Lindsey
Cantidad de palabras: 1.811

2 comentarios:

  1. me fasina demaciado actualiza pronto plis ya quiero saber como se conocen plisssss

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    Respuestas
    1. Mejor lee el libro original, y no esta adaptación -.-
      Es mucho mejor con los personajes de Johanna Lindsey C:

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